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martes, 25 de agosto de 2009

LUCHA POR INVADIR TERRITORIOS DE LA SELVA ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL

Lucha por invadir los territorios de la selva entre España y Portugal

Los bandeirantes

Si hubo, pues, una región en la que los limites fueron incierto y dudosos, prácticamente inexistentes, esa fue la selva. Espacio en la cual siguen deambulando, al igual que hace siglos, algunas tribus trashumantes de las disminuidas etnias que la pueblan. Y si bien debemos aquí reconocer la admirable y sacrificada labor evangelizadora y civilizadora de algunas órdenes religiosas, no es menos cierto que estas tuvieron resultados circunscritos a pequeñas espacios geográficos, por lo general ribereños, y en algunos casos demográficamente catastróficos.
Respecto a la amazonia, España la gobernó como si careciera de valor. Más le interesaba a Madrid la colonia de sacramento. (Uruguay). Un virrey del Perú, el conde de Superunda (1745 - 1761), llegó a decir en su relación de mando:
“los países no conquistados de la región amazónica son unas selvas y montañas muy difícil tránsito y los llanos muy húmedos, cenagosos y ardientes, por lo que no pueden mantenerse largo tiempo en ellos los españoles.
Las naciones que allí habitan son bárbaras. No cuidan de cubrir su desnudez y sus casas son tan pobres que nada pierden aunque se les quiten, porque con 4 palos y unas hojas de árboles en pocas horas fabrican otras en el lugar que les parece. Reducirlos por armas se ha tenido siempre por imposible, respecto de que con mudarse de un lugar a otro e internarse en lo más espeso de la montaña, como lo han hecho en las ocasiones en las que se les ha buscado, quedan frustradas las diligencias, perdidos los gastos y expuestas muchas vidas por las enfermedades que se contraen”.
Pero como Portugal tenía un conocimiento menos imperfecto de la región y de su potencial, y, cosa muy importante, la ventaja de dominar la desembocadura del amazonas, pudo hacer avanzar sus posiciones al occidente, apoyando la acción de sus “bandeirantes” quienes obtenían ganancias inmediatas, saqueando poblados y esclavizando nativos que vendían en Pará (Brasil)
La escasa vigilancia que ejercían los españoles sobre la amazonia decreció a finales del siglo XVII porque, para oponerse al avance portugués sobre el Rio de la Plata, distrajeron elementos que les pudieron haber servido para la defensa de aquella amplísima cuenca selvática. Esto originó prolongados litigios limítrofes entre ambas monarquías, que luego prosiguieron entre Brasil y otras repúblicas amazónicas.
Tras el correr de los años, y con el avance portugués hacia el occidente, se produjeron entre monarquías española y lusitana reiterados incidentes, que llevaron a la suscripción de los tratados de Madrid, en 1750, y san Ildefonso, en 1777, que recortaron sustancialmente el área de la amazonia española a favor de la monarquía lisboeta. En consecuencia, el territorio de la audiencia de quito, ya fuese perteneciendo al virreinato del Perú o, después, al nuevo reino de granada, se vio reducido considerablemente. Hecho que todavía se resiste a aceptar algunos recalcitrantes patrioteros, que afortunadamente son muy pocos.
Desde fines del siglo XVII, los portugueses quisieron extender su influencia no solo en la cuenca amazónica sino también en la del rio de la plata. Los españoles le dieron mucho más importancia a detener el avance hacia este último lugar, pues era un punto que servía para la introducción de contrabando en gran escala. Por otro lado, las condiciones climáticas en la amazonía, y las dificultades para formar poblaciones que afirmasen el dominio hispano y sostuviesen las guarniciones indispensables para oponerse a los avances portugueses, eran una carga difícil de sostener para la administración colonial española. Los bandeirantes portugueses, más que pretensiones territoriales, depredaban los poblados nativos en busca de botín y de esclavos, estos último para venderlos en Pará, todo lo cual le resultaba un pingüe negocio. Si bien la corona lusitana fomentaba este tipo de actividad, no es menos cierto que ella no los subsidiaba.

Bulas Alejandrinas
Alejandro VI y Jacopo Pesaro ante San Pedro, Tiziano, 1509. La escena naval del fondo, el estandarte y el yelmo ambientan bien el momento histórico
Bulas Alejandrinas es el nombre colectivo que se da al conjunto de documentos pontificios que otorgaron a los reyes de Castilla y León el derecho a conquistar América y la obligación de evangelizarla, emitidos por la Santa Sede en 1493 a petición de los Reyes Católicos, cuya influencia ante el Papa Alejandro VI (de la valenciana familia Borja o Borgia) era lo suficientemente poderosa como para conseguirlas

Tratado de Tordesillas
Se conoce como Tratado de Tordesillas el compromiso suscrito en Tordesillas (actualmente en la provincia de Valladolid, en el noroeste de España) el 7 de junio de 1494 entre Isabel y Fernando, reyes de Castilla y Aragón, y Juan II rey de Portugal, en virtud del cual se establecían un reparto de las zonas de conquista y anexión del nuevo mundo mediante una línea divisoria del Océano Atlántico y de los territorios adyacentes.

Tratado de Madrid (1750)
El Tratado de Madrid fue un documento firmado por Fernando VI de España y Juan V de Portugal el 13 de enero de 1750 para definir los límites entre sus respectivas colonias en América del Sur. Este tratado se enmarca en la sucesión de tratados de límites firmados entre España y Portugal desde el siglo XV cuando se firmó el Tratado de Alcáçovas. El tratado, basado en el principio de derecho romano Uti possidetis, ita possideatis (quien posee de hecho, debe poseer de derecho), amplió los dominios de Portugal dejando los límites de Brasil prácticamente en su estado actual.

Tratado de San Ildefonso (1777)
El tratado de San Ildefonso de 1777 fue un acuerdo firmado entre España y Portugal el 1º de octubre de 1777, por el que se establecían las fronteras entre ambos países en Sudamérica. Los portugueses cedían la mitad sur del actual Uruguay (incluyendo Colonia del Sacramento), a España, más las islas de Annobón y Fernando Poo en aguas de la Guinea, a cambio de la retirada española de la isla de Santa Catalina, en la costa de Brasil.

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